Como muchas cosas que me pasan, deambulando por los ignotos caminos que nos proponen las canciones, afrontar un larga duración tiene algo de reto, de saber captar lo que hay detrás de la obra hecha. Es lo que me ha pasado con en Piers Faccini y su disco Two Grains of Sand, que todavía lo estoy descubriendo, como me ha pasado en muchos álbumes que en un principio no me decían nada o muy poco, pero algo por dentro barruntaba para que siguiera y fuera descubriendo. Y la mayoría de las veces, estos recopilatorios al final me han sido imprescindibles. Quizá porque un disco tiene la suficiente entidad para hacernos cambiar.
