No deja de ser paradójico encontrar melodías inmortales como esta versión de los Pixies, medio escondida en un anuncio de colonias y también ocurre con otras melodías que ya son inmortales. Incluso me surgió una media sonrisa todo el despliegue estético, pulcro, medio virginal y que la música que lo acompaña haya salido de la mente sórdida de Black Francis. Que siga sonando el piano en esta oscura tarde de noviembre...