Mark Lenegan, quizá el músico más carismático (y discreto), que ha eclosionado en esta década. Ex-cantante de la banda grunge Screamnig trees, ha construido una sólida carrera en solitario con discos como Scraps at Midnight o Bubblegum y ha hecho múltiples colaboraciones como por ejemplo en dos álbumes de los Queens of Stone Age (Rated R y Songs for the Deaf), Soulsavers (It's Not How Far You Fall, It's The Way You Land y Broken, de este, esperaba mucho y me ha decepcionado un poco, la primera vez que no le doy el aprobado al Mark), o The Gutter Twins (Saturnalia).
Isobel Campbell fue integrante de la banda Belle & Sebastian. Antes de hacer el álbum conjunto con Mark ya había debutado en solitario con el álbum Amorino, recibiendo buenas críticas.
El señor Lenegan se presentó a Isobel diciendo que era fan de los Belle & Sebastian y ofreciéndose para hacer alguna colaboración. Así dio fruto el EP Time Is Just the Same. La cosa fue bien y se decidieron a grabar el larga duración Ballad of the Broken Seas. Apunto aquí que la mayoría de canciones fueron compuestas y grabadas por Isobel en Escocia y Mark puso las voces en California.
Ballad of the Broken Seas es un disco calmado, melancólico, sin estridencias, pero con el poso que tiene la voz profunda de Mark, donde las referencias a Tom Waits son constantes, con el contrapunto dulce de la voz de Isobel.
El álbum comienza con fuerza con "Deus Ibi Est", rítmica, contundente, con la voz de Mark susurrandonos desde las tinieblas. "Black Mountain" interpretada por Isobel, calmada, con un toque lejanamente folkie, tranquila y visionaria, con unos chelos que te transportan. "The False Husband", con unos arreglos orquestales típicos de canciones más comerciales y poppies los años 60. La canción estrella del álbum es sin duda "Ramblinman", una versión de Hank Williams y que en el videoclip, este tema country se transforma en una especie de sueño perverso digno de los días de la Velvet Underground. "Ballad of The Broken Seas" es la fusión total de Mark y Isobel, entre el slide y el chelo, amalgamado todo con piano y orquesta, ¡Sencillamente genial! El álbum finaliza con un gran tema, "The Circus Is Leaving Town" donde toda la canción tiene un deje a lo Bob Dylan arrollador, con un órgano que la delata, pero que no se hace cansina y que canta Mark en solitario.
Para finalizar decir que Mark y Isobel han hecho otro álbum, quizá con resultados no tan brillantes y un poco desiguales, Sunday At Devil Dirt.
Espero que disfrutéis tanto como yo de este inolvidable álbum y si no lo conocéis, os recomiendo que os hagais con él. ¡Saludos!
