La impronta que tiene la adolescencia es de una época feliz, llena de tópicos románticos. Pero para mí y para mucha gente también ha sido tiempo de tristeza, de mucha inquietud, de tomar decisiones que marcan para siempre, sean acertadas o no. Este es en parte el espíritu de la canción de Billy, una mirada hacia los primeros años donde nada es fácil.