Me ha sorprendido estos días, en los que el gallinero fascista ha estado alborotado, que además de toda la puta simbología habitual, se le añada un componente religioso que no deja de sorprenderme y fastidiarme. A quién invocan este montón de cenutrios? Al Jesús misericordioso? A un demiurgo que lanzará fuego y azufre contra los catalanes que no sean españolistas? Tenemos la suerte en este rincón del planeta de que la Ilustración abrió los ojos de muchos ciudadanos a las prácticas y maneras extremistas que puede desarrollar una religión y como hombres y mujeres libres, también tenemos derecho a desenmascarar todo un compendio de prácticas enfocadas a mantener un control y sometimiento de la población. Y gracias a Dios, también tenemos el rock, el punk, que nos saca los trapos sucios de una iglesia muy alejada de los postulados del nazareno. Y como se dice en Mateo 13,9: 'Quien tenga oídos, que escuche'. Salve!
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