Quizás lo que voy a decir aquí pueda irritar o molestar, y debo decir que lo hago desde mi modesta posición de simple opinador, aunque escuché en un programa que si pasas más de siete años haciendo cosas de periodista, ya eres periodista. También vi la opinión de una polémica escritora y periodista que decía que el intrusismo en este ámbito debe ser bienvenido, incluso que refresca y renueva la profesión. En fin.
Demasiadas veces he visto que un periodista, sin que nadie lo pidiera, se posiciona políticamente, no solo eso, presume de ello y defiende unos ideales, cuando lo que debería hacer alguien que se considere de la profesión es aportar información, contrastarla y hacerlo sin ningún tipo de posicionamiento político. Desgraciadamente, ya no hay diarios o periódicos que puedan sobrevivir sin que reciban una buena cantidad de dinero del estado y, por tanto, de todos nosotros. Y ya se sabe, quien paga manda, y nos da la impresión a la mayoría de los ciudadanos de que todos los que escriben en un medio tienen los huevos agarrados.
También me da mucha lástima que los que son periodistas tengan de entrada un sesgo político o que algunos, recién salidos de la facultad, ya se afilien a un partido político, ya sea para escalar, posicionarse o conseguir un puesto destacado. Repito, me da mucha pena esto, ver a jóvenes que deberían ejercer el noble arte de informar siendo meros portavoces de un asqueroso partido político. Podéis encontrarlos en redes sociales, haciendo blogs o videoblogs.
No sé hasta dónde llegan las atribuciones de los colegios de periodistas, pero parece que literalmente se están rascando los huevos, aumentando el descrédito que ya tiene la profesión.
Aquí termina mi opinión, una entrada que llevo mucho tiempo barruntado y que poco antes de despedirme aquí os la sirvo. ¡Saludos!
Demasiadas veces he visto que un periodista, sin que nadie lo pidiera, se posiciona políticamente, no solo eso, presume de ello y defiende unos ideales, cuando lo que debería hacer alguien que se considere de la profesión es aportar información, contrastarla y hacerlo sin ningún tipo de posicionamiento político. Desgraciadamente, ya no hay diarios o periódicos que puedan sobrevivir sin que reciban una buena cantidad de dinero del estado y, por tanto, de todos nosotros. Y ya se sabe, quien paga manda, y nos da la impresión a la mayoría de los ciudadanos de que todos los que escriben en un medio tienen los huevos agarrados.
También me da mucha lástima que los que son periodistas tengan de entrada un sesgo político o que algunos, recién salidos de la facultad, ya se afilien a un partido político, ya sea para escalar, posicionarse o conseguir un puesto destacado. Repito, me da mucha pena esto, ver a jóvenes que deberían ejercer el noble arte de informar siendo meros portavoces de un asqueroso partido político. Podéis encontrarlos en redes sociales, haciendo blogs o videoblogs.
No sé hasta dónde llegan las atribuciones de los colegios de periodistas, pero parece que literalmente se están rascando los huevos, aumentando el descrédito que ya tiene la profesión.
Aquí termina mi opinión, una entrada que llevo mucho tiempo barruntado y que poco antes de despedirme aquí os la sirvo. ¡Saludos!
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