No sé cuántas veces se ha intentado matar al rock, no sé si por aburrimiento, por repulsión, por lo que representa o quién sabe por qué, pero desde luego no lo lograrán ni en sus sueños más salvajes. Yo, desde que nací en los lejanos y míticos 60, lo he escuchado toda mi vida y, naturalmente, con respeto y admiración hacia otras músicas y estilos musicales, aunque al principio no los entendiera o no me gustaran, pero que ahora, después de unos años, la mayoría de la música que escucho merece mi respeto, porque la he estudiado, la he escuchado y sé lo que cuesta componerla, interpretarla, hacerla viva y mantenerla. Lo que no es aceptable es matar de un plumazo un estilo, una corriente musical, una vertiente para escuchar. Amigos y amigas, el rock no solo ha sido unas notas en una guitarra o en una batería, el rock cambió la música, la cultura y también la forma en que se contemplaba la vida. Me pregunto, ¿merece esto morir y por qué? ¿Se imaginan a un músico de jazz proclamando a los cuatro vientos que la sardana ha muerto? ¿O que un corriente pop grite que desaparezca la música tradicional y folk? ¿O que los cantantes de ska lleven a la hoguera violines y celestas porque son productores de música clásica desfasada? Tonterías por un tubo, prejuicios a toneladas y muy poco respeto hacia músicos, melómanos y mucha gente implicada en una música que cambió el mundo, así de claro. Y desde mi altavoz, defenderé el rock, el pop, incluso estilos que personalmente no me entusiasmen, pero que merecen vivir por los siglos de los siglos. ¡SALUDOS Y ROCK AND ROLL!
martes, 30 de abril de 2024
No, ¡el rock no ha muerto, capullos! Solo quiero rock and roll - Carcoma
No sé cuántas veces se ha intentado matar al rock, no sé si por aburrimiento, por repulsión, por lo que representa o quién sabe por qué, pero desde luego no lo lograrán ni en sus sueños más salvajes. Yo, desde que nací en los lejanos y míticos 60, lo he escuchado toda mi vida y, naturalmente, con respeto y admiración hacia otras músicas y estilos musicales, aunque al principio no los entendiera o no me gustaran, pero que ahora, después de unos años, la mayoría de la música que escucho merece mi respeto, porque la he estudiado, la he escuchado y sé lo que cuesta componerla, interpretarla, hacerla viva y mantenerla. Lo que no es aceptable es matar de un plumazo un estilo, una corriente musical, una vertiente para escuchar. Amigos y amigas, el rock no solo ha sido unas notas en una guitarra o en una batería, el rock cambió la música, la cultura y también la forma en que se contemplaba la vida. Me pregunto, ¿merece esto morir y por qué? ¿Se imaginan a un músico de jazz proclamando a los cuatro vientos que la sardana ha muerto? ¿O que un corriente pop grite que desaparezca la música tradicional y folk? ¿O que los cantantes de ska lleven a la hoguera violines y celestas porque son productores de música clásica desfasada? Tonterías por un tubo, prejuicios a toneladas y muy poco respeto hacia músicos, melómanos y mucha gente implicada en una música que cambió el mundo, así de claro. Y desde mi altavoz, defenderé el rock, el pop, incluso estilos que personalmente no me entusiasmen, pero que merecen vivir por los siglos de los siglos. ¡SALUDOS Y ROCK AND ROLL!
viernes, 26 de abril de 2024
Hoy hace 30 años: A Date with The Smithereens - The Smithereens. 1994, un gran año para la música.
Brillar, pero llegando tarde y con todo en contra
Hace unos tres años os comenté el desastre que significó el álbum Blow Up para nuestra banda de Nueva Jersey (➜ AQUÍ) y encima, fue lanzado tres minutos antes de que el grunge irrumpiera con toda su potencia y arrasara con todo lo que se le pusiera delante. No solo eso, esta nueva corriente alternativa representó un nuevo paradigma para las discográficas y eso significaba que tenían que hacer borrón y cuenta nueva y descartar a las bandas que a su parecer, ya no encajaban. Nuestros amigos fueron víctimas de estos mierdosos movimientos de marketing, además, con un álbum ya grabado que no aparecería hasta el 2022. No nos engañemos, Pat DiNizio y los suyos tienen unos parámetros más que reconocibles en rock y en pop, por eso fue tan desastroso elegir a Ed Stasium como productor y por extensión, su trabajo del 1991, porque se recreó en coordenadas recorridas mil veces. Y a pesar de las dificultades, lograron encontrar una nueva compañía, recuperaron a Don Dixon como productor que tan buen resultado les había proporcionado en el pasado. ¿Y qué salió de todo esto? Pues en mi opinión este álbum es lo mejor que parieron en los 90 y el tercero en mi ranking de preferidos de la trayectoria de esta banda, donde tenemos canciones más que memorables, donde no abundan los momentos flojos e incluso, hay dos temas bastante polémicos, ¡lo cual sí que es una novedad! Jugando un poco con el tiempo y especulando un poco, este trabajo lo deberían haber lanzado en 1990, porque es una continuación natural del Green Thoughts, qué le vamos a hacer. ¡Vamos allá, hagamos un repaso de las canciones!
Sorprendentemente, para arrancar este trabajo recurren a un comienzo similar al 11, con temas potentes, en este caso son una triada: "War for My Mind", "Everything I Have Is Blue", "Miles from Nowhere". No están mal y tienen el estilo inconfundible de la banda de Nueva Jersey, yo me quedaría con el que va en segunda posición, me recuerda remotamente al "Only a Memory", aquí os dejo cómo la interpretaron en el programa de Jay Leno, donde la interpretan de forma fiable y contundente.
Hoy hace 30 años: Throwing Copper - Live. 1994, un gran año para la música
El álbum se inicia de forma majestuosa con "The Dam at Otter Creek", con unos primeros compases líquidos y lejanos, con un crescendo con Ed aullando, la canción podría hablar sobre los juegos y las travesuras que se hacen de joven y que no siempre se sale vencedor o feliz, es como una reflexión sobre la inconsciencia de cuando empezamos a dar los primeros pasos en esta vida.
viernes, 12 de abril de 2024
Hoy hace 30 años: Live Through This - Hole. 1994, un gran año para la música
Vender la mercancía más preciada
A pocos días de que este artículo vea la luz, lo he vuelto a escribir y reescribir. Es muy fácil dejarse llevar por la "morbo" y la especulación recordando esos días de abril de 1994, apenas una semana después de que el esposo de Courtney Love decidiera abandonar este mundo y justo cuando el álbum que recordamos hoy salíera a la luz. Claro amigos, podemos ponernos como queramos, pero quiero centrarme en la música, lo que ha representado 30 años después y cómo la banda de esta señora supo renunciar a una parte de la agresividad que arrastraba su primer trabajo, construyendo melodías que han resistido sin problema alguno todo este tiempo.
Todo el proceso de este disco estuvo rodeado de rumores y especulaciones constantes, de si superaba en calidad al hecho por Nirvana, si se había pagado mucho más, etc., etc. y más etc. y por supuesto, la señora Love los alimentaba, no hace falta ser un Freud para verlo y como dicen en algun sitio: "Por sus actos los conoceréis". Dejemos los chismes y vayamos a lo importante, a desglosar el segundo álbum de Hole, ¡vamos allá!
"Violet", tema que da el pistoletazo de salida, donde ya encontramos una constante de todo el álbum, donde se entrelazan partes tranquilas con otras de rabia eléctrica y también en la voz, a veces calmada, otras, gritando. Y en este primer tema se combinan a la perfección.
Doll Parts - Hole
She Walks On Me - Hole
Rock Star - Hole