Mirando al pasado para abrir camino en campo minado
Como mencioné en mi artículo sobre el álbum Ceremony (➜ AQUÍ), en este siguiente disco es donde Ian Astbury tomaría las riendas, porque sabía que tenía muy poco margen para innovar o, al menos, romper con la imponta que The Cult tenía como banda de hard rock, con todos los típicos tópicos de este tipo de formaciones. De hecho, atravesaron momentos muy autodestructivos durante la gira del Ceremony y ya en ese entonces, la colaboración con Billy Duffy era muy difícil. Pongámonos en situación: el grunge estaba en su apogeo, y bandas como Metallica también habían emprendido el camino alternativo, horrorizando a más de un fan. Lo que hicieron nuestros amigos, y creo que en parte hicieron bien, fue mirar hacia atrás, y de hecho, este álbum es un gesto de deconstrucción, de beber de donde la crítica los había encumbrado. Así es, nuestros amigos se fijaron en su álbum Love, con esa psicodelia con algún toque gótico tan "sui generis", como idea para rehacer su camino y evitar convertirse en otro dinosaurio que se repite como un loro. Lamentablemente, ya no lograrían crear canciones como "Revolution", "Nirvana", "Hollow Man" o "Rain". En este álbum hay tonos un poco más oscuros, un poco más sórdidos, pero no tienen el carisma, el glamour o la potencia de su disco de 1985 y, como era de esperar, tras esta fachada renovada se esconde, aunque Ian no pueda evitarlo, todo el trasfondo hardrockero, Billy Duffy permitiría cambiar algunas cosas, pero todos los álbumes más potentes y, en definitiva, más exitosos también dejaron su huella permanente en la banda. Estos últimos días no he parado de escucharlo, y en mi opinión no alcanza el nivel de Sonic Temple, aunque sí creo que está en paralelo con Ceremony. No tiene un sencillo tan claro como "Wild Hearted Son", pero no hay tantas canciones de relleno; los temas que podríamos llamar secundarios aquí son mucho más sólidos. El inicio de este álbum no puede ser más anticlimático, extraño, con un piano y un bajo que nos sumergen en "Gone", recordándome un poco al comienzo de "Dazed and Confused" de Led Zeppelin. La melodía atraviesa capas de una guitarra desatada en un tono Hendrix, alternando con momentos más calmados. Si querían descolocar a sus incondicionales, definitivamente lo lograron. La letra trata sobre el mundo adolescente, donde te han dejado sin novia y colgado de alguna sustancia poco recomendable.
Gone - The Cult
El primer single fue "Coming Down (Drug Tongue)", que sí habría sido un tema de inicio de àlbum espectacular; aquí predominan los efectos de guitarra y la poderosa voz de Ian. Es una canción que no resulta empalagosa y se mantiene firme como un roble centenario. De nuevo, se aborda el tema de las sustancias, con un trasfondo hippie que nos deja entrever por dónde van los tiros.
Coming Down (Drug Tongue) - The Cult
Un tema que se acerca mucho a Love es "Real Grrrl", con esas guitarras que en ciertas partes tienen un toque psicodélico, mientras en otras se inclinan hacia un rock más duro, con Ian declarando que está coladísimo de su chica.
Real Grrrl - The Cult
Si hay un tema en el que The Cult hace el máximo esfuerzo por liberarse de su lastre más hardrockero, es "Black Sun". Seis minutos de una pieza musicalmente cautivadora e incluso solemne, que diría tiene cierta sintonía con el legado de The Doors, donde Ian denuncia el acoso y el maltrato infantil, que él mismo también sufrió. Es uno de los temas que más me gusta de este disco.
Black Sun - The Cult
Otra melodía destacable es "Joy", que es una mezcla extraña, increíble, alucinante de un montón de cosas; hay una guitarra lacerante, un órgano que no podía ser más punzante y protagonista, e incluso el solo tiene un toque jazzístico, ¡sencillamente genial!
Joy - The Cult
"Star" fue el segundo sencillo y suena a The Cult de toda la vida, de arriba abajo. No habría desentonado en Ceremony o en Electric, aunque tiene un toque más psicodélico en la guitarra. Aquí, Ian vuelve con un tema devocional hacia su chica, rozando el fetichismo y lo que haga falta.
Star - The Cult
En "Emperor’s New Horse", Ian repasa su vida como rockero, desde su experiencia con las sustancias hasta su aburrimiento con la promoción en la BBC. Por otro lado, no es fácil desprenderse del pasado, y en "Be Free" suenan más tópicos, más en su línea, cayendo de lleno sin ruborizarse. Lo siento por sus detractores, es un tema que me encanta, con ese toque de "wha-wha" y el solo tan típico de Billy Duffy.
Be Free - The Cult
Y "Saints Are Down", en la línea de los temas lentos y tranquilos del Ceremony. Aquí, aunque parece que vuelve a dedicarle un tema a su novia, también reflexiona sobre la pérdida de poder de las creencias.
Saints are Down - The Cult
Lamentablemente, este trabajo no funcionó, las ventas fueron escasas, y lo que ya iba mal, fue a peor. Tras la gira, parecía que The Cult había terminado. De hecho, no volverían a grabar un álbum de estudio hasta siete años después, pero eso, amigos, es otra historia.
Quiero mencionar y celebrar con vosotros estre recorrido de 20 años de los Carcoma. A Juanvi lo conozco desde hace muchos años, y he tenido la suerte de conocerlo en persona junto con Vi Cent en 2013. Y es que Carcoma ha sido una banda honesta que, poco a poco, ha ido escalando desde un rincón de la Marina y han logrado consolidar una carrera que muchos ya querrían y lo que creo que es más interesante: han sabido compatibilizar la vida cotidiana con el hecho de levantar una banda de rock. Me ha sacado una sonrisa ver que en el lejano 2010, cuando este humilde blog daba sus primeros pasos, les hice una recomendación MySpace, junto con un repaso de su primer trabajo en estudio Mejor en el infierno (➜ AQUÍ). Gracias, Carcoma, por estos 20 años, felicitaciones por materializar el sueño de una banda de rock y que el rock es una forma de ver la vida, un corazón que late con nosotros y con vosotros. FORÇA CARCOMA!
Otro álbum paradigmático que cae y que fue importante para mí, porque me marcó, incluso tengo el recuerdo de que la primera vez que escuché partes de este disco fue en la Virgin Megastore de Barcelona y que allí mismo lo compré. A principios de este año, cuando comencé a programar los álbumes que saldrían en esta serie, tenía en mente ser muy crítico con este trabajo, pero de momento no lo seré tanto, ya que entiendo mejor la intrahistoria de la producción del disco y también se comprende lo que estaba ocurriendo con la banda. Antes de tirarnos de cabeza, os recomiendo el artículo que hice junto con Midas del blog EXQUISITECES (➜ AQUÍ), donde se hace un análisis en profundidad de casi toda la carrera de la banda de Athens: R.E.M.: CRÓNICA ACELERADA(➜ AQUÍ). Después de hacer dos álbumes, de los mejores de la década de los 90, como son Out of Time y Automatic for the People, R.E.M. querían volver a la carretera con un nuevo álbum. Estábamos en la época del pico del grunge y lo que nunca deberían haber hecho es alinearse con lo que se estaba haciendo. No, el presente álbum no es un regreso a los días del Green, que habría sido quizás un camino mucho más exitoso y seguro. Pero lo que construye la banda de Athens a partir de este trabajo hasta Reveal es una reubicación de todos los parámetros, replanteándose hacia dónde ir y sobre todo, creo que una de las razones de por qué querían dar un giro tan drástico es precisamente que sus dos discos anteriores no les lastraran a la hora de avanzar en su carrera, algo que no terminaron de lograr, como veremos más adelante. Es por eso que no es un disco exitoso. Diríamos que los objetivos se alcanzan solo a medias; tenían ganas de experimentar y de reencontrarse con su faceta más rockera, evidentemente, no solo querían rockear pero tampoco dar un salto al vacío. Querían probar cosas nuevas y es normal que haya puntos imperfectos, construcciones que tambalean y también hay aciertos. Además, la grabación estuvo marcada por la muerte de Kurt Cobain y de River Phoenix, a quien dedican este trabajo. Sorprende que después de rozar la perfección tanto estilística como musical, aquí comienzan a fijarse demasiado en las cosas del famoseo, dándose el lujo de escribir canciones estúpidas, mezclándolas con temas muy serios. Incluso estéticamente cambiaron: Michael Stipe, a partir de aquí, luciría la cabeza rapada y Mike Mills se dejó el pelo largo y comenzó a lucir trajes llamativos. Demos un repaso a la lista de canciones. Cuando lanzaron el single "What's The Frequency, Kenneth?" no me impresionó en absoluto, de hecho, me sonaba a una canción típica de R.E.M. Personalmente, y aún hoy en día, no le encuentro la gracia ni me dan ganas de escucharla. Encima, trata sobre un incidente con el presentador de televisión Dan Rather, quien fue agredido por unos desconocidos mientras repetían el título de la canción, sin que nada tuviera sentido. Según declaraciones de Michael, el tema es un aviso a la gente madura que no se entera de lo que está pasando. Solo nos faltaba eso, que se pusieran moralistas, en fin...
What's The Frequency, Kenneth? - R.E.M.
La primera vez que escuché "Crush With Eyeliner" me encantó cómo sonaba la guitarra, con ese efecto trémolo del pedal Boss TR-2, incluso me planteé comprarme uno cuando tenía la banda. Con el tiempo, aunque encuentro interesante cómo Peter Buck hiló el efecto, todo lo demás, pfff. Empezando por la letra, absurda, parece una sobrada típica de Michael y terminando con el videoclip, donde aparecen unos japoneses haciendo payasadas y que les debería importar cero lo que hacen Berry y compañía.
Crush With Eyeliner - R.E.M.
A partir de aquí, el álbum mejora con tres temas que son bastante acertados y que, en mi visión personal, son el armazón en segundo plano que aguanta todo el álbum y que, por suerte, tienen ecos de los R.E.M. más clásicos. "King of Comedy" es como pienso que deberían haber funcionado las cosas, con un ritmo imparable y un sonido grueso, con las guitarras de Buck acompañando y saturando los beats, Michael con la voz tratada y la voz femenina haciendo de réplica y suavizando el conjunto. Y esa pausa en los beats que hacen poco antes del final con ese arpegio es simplemente sensacional.
King of Comedy - R.E.M.
"I Don't Sleep, I Dream", un medio tiempo majestuoso, como solo los R.E.M. saben hacer, incluso aquí el falsete de Michael en el estribillo le queda bien. La letra es una relación de tira y afloja, donde están presentes los sueños y también todo lo que se puede imaginar que se hace en la cama.
I Don't Sleep, I Dream - R.E.M.
Con "Star 69" recuperamos a la banda que sabe hacer un tema saltarín, ágil, algo que quedó entre el Document y el Green y aquí Michael, en la letra, quejándose y repasando una lista de acusaciones sobre alguien que le puteó fuerte.
Star 69 - R.E.M.
En este tramo, el álbum vuelve a zozobrar, con buenos y malos momentos. "Strange Currencies" es uno de los temas más aburridos que han hecho jamás, lo sorprendente es que saliera como single; al igual que "Tongue", una tontería en las letras de Michael, haciendo todo el tema en falsete y con un irritante órgano que, por experimentar me vale, pero para nada más. Es una canción que, una vez la has escuchado, no quieres volver a encontrarte con ella. "Bang and Blame" también fue single, un tema que ni fu ni fa, tiene un punto poderoso en el estribillo y un buen solo, pero nada más. Con "I Took Your Name", vuelven a utilizar el sonido del pedal de guitarra Boss TR-2 que ya lo usaron antes en "Crush With Eyeliner", pero en este corte todo está mucho más compacto, suena más poderoso en la hora de construir la melodía, siendo uno de los temas que más me gustan del Monster.
I Took Your Name - R.E.M.
"Let Me In" es el tema que dedicaron a Kurt Cobain. Musicalmente me aburre, esa guitarra distorsionada todo el rato suena como una lavadora centrifugando, aunque el órgano aquí está estupendo, tiene un aire triste que acompaña muy bien a la letra, que es donde realmente reside el valor de este tema; es como si Kurt hubiera dictado las palabras a Michael.
Let Me In - R.E.M.
Y "Circus Envy", un tema potente que chisporrotea como un cable pelado en una bañera. Si hubieran puesto dos temas más en la misma línea que este, el álbum habría ganado. Sin duda es una tonada teletransportada de los días de Green, de guitarras pesadas y del porqué esta banda fue grande.
Circus Envy - R.E.M.
Hasta hace poco no me enteré de por qué este álbum no es, ni tiene la altura de trabajos anteriores y es que la banda estuvo a punto de separarse en un momento dado y tal vez les costó más de lo que les habría gustado. El peso de Out of Time y Automatic for the People era demasiado, de hecho, en su siguiente álbum, New Adventures in Hi-Fi, muestran la parte que más les pesaba y era una continuación natural de esos dos trabajos mencionados y cuya influencia ya no les dejaría en el resto de su carrera. En febrero de 1995 asistí al concierto que ofrecieron R.E.M. en el Palau Sant Jordi de Barcelona, en su primera actuación en tierras catalanas y me decepcionó mucho que Monster fuera el hilo conductor del setlist, cuando es un trabajo con altibajos y temas que más bien deberían estar en el cajón de los temas experimentales, dejando en el tintero, muchas canciones clásicas que en esa ocasión no quisieron tocar. Qué le vamos a hacer...
Estoy recordando el año 1994, no solo en términos musicales, sino también cinematográficos, con grandes películas como la que os traigo hoy. Con pocos elementos, Roman Polanski logra sacar a la luz lo peor de la naturaleza humana y precisamente esta pieza musical se convierte en un vórtice de horror y tortura. Aunque en la escena final parece que "la vida pasa", en realidad no es así. Cuando uno queda marcado por el pasado, es como un cuchillo clavado que nunca más podrás sacar.
Es duro luchar contra uno mismo, porque uno mismo es el peor crítico, el oponente más ácido, el censor más sarcástico. Hace unos días que nada me ha salido bien y uno mismo se da cuenta de que ya no puede cometer más errores. Por eso me identifico totalmente con esta canción, interpretada en el mítico programa 'Plastic'. Tampoco es fácil levantarse ni seguir adelante; en eso estoy y este pequeño artículo es una muestra de ello.