Ya estamos en pleno otoño, donde los largos atardeceres nos iluminan, cuando un cansado verano nos los proporcionó de forma residual. También para la gente y yo me incluyo, es la etapa del año que nos cuesta más pasar. Pero también para el alma. Y por eso siempre me ha gustado este tema, tan verdadero, tan preciso, sin duda una joya que brilló en plenos años 80. Tomad un café y contemplad como desciende el día y el corazón.
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